31.5.10

notas del día (y del fin)

dediqué hoy un momento a hojear los periódicos que desde el viernes se acumulaban en mi mesa. aunque algunas notas las había leído ya en los sitios web respectivos, hay algo que me impide aun destinar ese papel a recoger la caca de mi perro sin haberle dedicado aunque sean unos minutos a desordenar sus hojas. me encontré un poco de todo. el viernes 29 de mayo una página de la sección de cultura –que ahora es un apéndice a la primera sección– del reforma está dedicada casi por entero a la arquitectura. gran parte está dedicada a la medalla de oro en la bienal de arquitectura para mauricio rocha, que ya había comentado brevemente. hay más fotos de su notable proyecto para la escuela de artes plásticas de la universidad autónoma de oaxaca y también, en un recuadro, una queja de mauricio por las transformaciones sin sentido que, tras ocho años de abandono, padece ahora su centro para ciegos y débiles visuales transformado ahora en instituto tecnológico de iztapalapa –dudo, dicho sea de paso, que el iti vaya a ser un digno competidior del mit o del iit, pero aunque así fuera, bien podrían ocupar su nueva sede con mediana inteligencia.

más abajo en la misma página otra nota de arquitectura nacional: rechaza atizapán al tamayo. también había comentado eso antes aquí: la negativa del alcalde priista –sí, esto lo digo peyorativamente– david castañeda a la construcción de la extensión del tamayo –comprendiendo bodegas y área de exhibición, aunque el señor castañeda ignora esto y "piensa" que serían sólo bodegas– porque la gente se lo ha pedido. que el pueblo quiere áreas verdes –así consideran a un montecito con arbustos. y si es cierto que generalmente nuestros gobernantes cuando proponen casi cualquier tipo de obra –sean calles, vías elevadas, tranvías, parques o monumentos al bicentenario– se equivocan, también es cierto que cuando los vecinos se oponen –que es la mayoría de las veces– también se equivocan –aunque, por casualidad, a veces le atinen en la forma pero no en el fondo al negarse a planes rara vez bien pensados. en general, se trata de una torpe y mediocre defensa de un generalmente tristón status quo.

además, en la primera plana del reforma de hoy, me encuentro una foto de calderón, muy serio y estirado, paradito al lado de una fea vitrina llena de huesos viejos y adornada con listoncitos tricolores. se trata del también ya comentado paseo de los restos óseos de nuestros santos héroes independentistas. el domingo, también en reforma, cuahutémoc cárdenas se preguntaba si "ver desfilar los restos de la columna de la independencia al castillo de chapultepec, o ver pasar las urnas mortuorias o los ataúdes qeu por algún tiempo estarán expuestos en alguna parte del castillo de chapultepec o del palacio nacional ¿exaltará el espíritu cívico de la población, hará más patriotas a quienes vean pasar frente a sus ojos urnas o ataúdes, imbuirá a los espectadores de aquellos que nos dieron patria?" supongo que no. hoy también, sergio sarmiento escribe al respecto:
La Iglesia Católica ha tenido desde hace mucho tiempo una fijación enfermiza con los restos mortales de sus próceres. Si bien la doctrina formal cristiana establece que la fe y la adoración se reservan a Dios solamente, o en todo caso a su hijo, la tradición pagana se ha impuesto y ha fomentado la multiplicación de cultos a santos y advocaciones de la Virgen. Las peregrinaciones con huesos de santitos han sido así una de las desviaciones características del catolicismo en distintos lugares del mundo.

En México estamos viendo una situación similar en un culto que conjuga elementos laicos y religiosos. Los próceres de la independencia se han convertido en santos cuyos restos deben ser exhibidos y adorados. Hay algo extraordinariamente perverso en esta actitud en un Estado que se precia de su laicismo. Es como si quisiéramos recuperar la costumbre de los aztecas de mostrar desde la cima de las pirámides los corazones de las vírgenes y los prisioneros sacrificados; o la de los realistas de exhibir públicamente las cabezas de los insurgentes ejecutados.
no se si sea la mochería de calderón y compañía la que los predispone a inventar o aceptar como ceremonias dignas e inteligentes ese tipo de supersticiones. el provincianismo y anacronismo de nuestros festejos bicentenarios enoja y asusta. así, lo de orgullosamente mexicano, ni de chiste.

última y seguramente la peor nota del día: el criminal ataque de israel a una flotilla que llevaba ayuda a la franja de gaza. como hace un par de horas escribí en twitter, israel es un estado asesino y nada, ni la terrible historia del pueblo judío, disculpa o explica sus actos.

30.5.10

banquetas mecánicas



hace algunas semanas victor jiménez escribió en reforma acerca del deplorable estado de las banquetas de nuestra ciudad. hace un par de años también en reforma lo hacía jesús silva herzog márquez:

Nuestras aceras son tierra de nadie. Los particulares saben que las banquetas son de todos pero, en realidad, son más mías que de los demás. Las banquetas pertenecen a los vecinos que pueden extender su casa hasta la calle. Pertenecen también a los comerciantes quienes están convencidos de que forman parte de su derecho natural al trabajo. Los franeleros, por su parte, saben bien que una cubeta es la marca de una propiedad incuestionable por la que pueden cobrarse derechos de paso. Transitar por las aceras de la Ciudad de México es una aventura fastidiosa. Su ancho varía constantemente; sus materiales cambian de casa a casa; están sembradas de coladeras, postes y bazares que bloquean el paso. Las banquetas, dice José Antonio Aguilar, son el emblema perfecto de la impunidad imperante en nuestro país y de una inexistente cultura de lo público. La más salvaje de las privatizaciones.

hoy, por casualidad, me encuentro en paris deuxieme este film hecho para edison de unas banquetas móviles en el parís del 1900. por supuesto las banquetas de parís no son así. pero constituyen, eso sí, el nivel básico –el grado cero, podríamos decir– del espacio público.

creatividad artificial

todo es cuestión de reglas. la "creatividad" no es más que saber seguir o contruir –las menos veces– reglas. al menos eso puede deducirse de este artículo publicado en slate. david cope lleva 30 años escribiendo software que a su vez escribe música. en el sitio de slate hay algunos breves ejemplos de dichas composiciones. pensar que la música –o la pintura o la arquitectura en su caso– puedan componerse a través de scripts y de programas no le quita valor a la idea de creatividad, al contrario. la creatividad es un proceso lógico –asumiendo, por supuesto, que lógica siempre se escribe en plural– y por tanto, replicable en principio por un procesador. en el momento en que las computadoras puedan valorar –lo que también, a su vez, depende de un conjunto de reglas– los efectos de la colisión imprevista de dos o más sistemas de reglas independientes y las metareglas que permiten doblar o quebrar algunas de éstas sin que el juego pierda sentido, tendremos composiciones seguramente cada vez más cercanas a las humanas.

altas de geotags



desde a daily dose of architecture llego a este atlas preparado por eric fischer con datos de flickr y picasa.

28.5.10

80 del chrysler

hoy cumple 80 años de inaugurado el chrysler building, diseñado por william van alen. más imágenes aquí.

mauricio rocha

medalla de oro en la bienal de arquitectura mexicana por la escuela de artes plásticas de la autónoma de oaxaca. un premio muy merecido en una bienal que generalmente los obsequia con demasiada facilidad.

27.5.10

kahn pero pianisimo


en el nyt nicolai ouroussoff comenta el anexo al kimbel, de louis kahn, diseñado por renzo piano.

mexico en shanghai



se lo que piensan varios arquitectos y además lo comparto: el viejo esquematismo de la identidad colorida de lo mexicano, puro exterior escenográfico y un interior más bien torpe, una exhibición más bien charra –y no por nacionalismo, sólo por mal gusto (pero eso seguramente le hubiera pasado casi a cualquier pabellón de méxico). pero en estas fotos de iwan baan publicadas en dezeen hay algo –empezando por la pareja besándose bajo los papalotes-sombrillas– que me hace preguntarme ¿está realmente tan mal? y bueno, si lo comparo con el de dinamarca diré que sí, pero...

26.5.10

apple supera a microsoft


según wired, hoy, por primera vez y tras un largo camino, apple superó a microsoft como la más grande empresa de tecnología. a los que usamos mac esto nos hace esbozar, como es bien sabido, una nada discreta sonrisa. será que umberto eco tenía razón cuando escribió en los años 90:
El hecho es que el mundo está dividido entre los usuarios de la computadora Macintosh y los usuarios de las computadoras compatibles MS-DOS. Soy de la firme opinión de que el Macintosh es católico y el DOS protestante. De hecho, el Macintosh es contrareformista y ha sido influenciado por el Studiorum jesuíta. Es alegre, amistoso, conciliador, le dice al fiel cómo debe proceder gradualmente al alcance, si no el Reino de los Cielos, del momento en el cual se imprime su documento. Es catequístico: la esencia de la revelación se logra a través de fórmulas simples e iconos suntuosos. Todos tienen derecho a la salvación.
El DOS es protestante, y aún calvinista. Permite la interpretación libre de las escrituras, exige decisiones personales difíciles, impone una sutil hermenéutica al usuario, y ofrece la idea que no todos pueden alcanzar la salvación. Para hacer que el sistema funcione debe interpretar el programa usted mismo: lejos de la comunidad barroca de revelados. El usuario se encuentra encerrado dentro de la soledad de su propio tormento interno.

Usted puede objetar que, con el paso a Windows, el universo del DOS ha venido a asemejarse a la tolerancia del contrareformismo del Macintosh. Es verdad: Windows representa un cisma de estilo Anglicano, grandes ceremonias en la catedral, pero siempre existe la posibilidad de una vuelta al DOS para cambiar las cosas de acuerdo a extrañas decisiones... ¿Y código máquina, que subyace debajo de ambos sistemas –o entornos, si usted lo prefiere–? Ah, eso tiene que ver con el Antiguo Testamento, y es talmúdico y cabalístico.

por supuesto eso ya no es tan agradable: ser comparado, por usar una computadora que se ve y funciona mejor que su principal competencia, con los católicos resulta ofensivo. pero, en el fondo, entiendo -y asumo- los argumentos de eco.

10 años de la serpentine gallery

rowan moore pasa revista en the guardian a los diez años de pabellones para la serpentine gallery, desde el 2000, diseñado por zaha hadid, hasta el actual de jean nouvel. después de hadid siguieron liebeskind, toyo ito, niemeyer, mvrdv (no construido), alvaro siza y eduardo zouto de mora, rem koolhaas, olafur eliasson y kjetil thorsen, frank gehry y sanaa. de todos ellos arup colaboró en 4. ¿cuál es su favorito?

25.5.10

walmart y manhattan

dede design observer esta comparación entre la superficie de manhattan y la superficie total de venta de walmart en estados unidos. la imagen es parte del trabajo de jesse lecavalier para su tesis doctoral.

24.5.10

69

esta es la entrada 69 de este blog en mayo del 2010 y nos contentaremos con contarla.

la puerta falsa

no es el suicidio. no son las drogas. es esta instalación realizada en el 2006 por julien berthier en parís y descrita hoy en bldgblog. (recordemos también aquella otra puerta de duchamp, también en parís, que siempre estaba abierta y cerrada, cerrada y abierta o entreabierta y entreabierta, pero jámás cerrada y cerrada)

marina abramovic

arthur c. danto escribe en el nyt sobre el actual –y extraordinario– performance de marina abramovic en la retrospectiva que le dedica el moma: the artist is present.

la ceremonia

de entrega del pritzker a sejima y nishizawa relatada en el nyt.

stephen martin

una foto más para la serie de arquitectos y modelos. aquí stephen martin. no lo conozco, pero lo entrevistan en el new york times. transcribo sólo una de las preguntas y su (atinada) respuesta:
¿crees que frank gehry está sobrevaluado?
por supuesto. muchos otros lo piensan de hecho. no se qué tan pensados están los espacios de gehry. son como un revoltijo de formas. cuando pones alguien en ese espacio no parece que fue hecho para esa persona: fue hecho para frank gehry.

23.5.10

koolhaas houselife

para quienes no la hayan visto leo en tomo que el próximo 4 de junio en la casa luis barragán será la premier de este muy buen documental de ila bêka y louise lemoine.

lene lovich: home


recuerdos ochenteros: la época en que el punk se transformaba glamorosamente en new wave. lene lovich cantaba esto con referencias cruzadas al mago de oz –home is where your heart is– y a freud –home is so remote: das unheimliche– que podría complementar las ideas de heidegger o benjamin sobre el habitar en la modernidad:
Home is where the heart is, home is so remote
Home is just emotion sticking in my throat
Let's go to your place
Let's go to your place
Home is where the heart is, home is so remote
Home is just emotion dticking in my throat
Home is hard to swallow, home is like a rock
Home is good clean living, home is - I forgot

orgullosamente mexicanos

que somos guadalupanos no hay duda. no se si sea la mezcla de las religiones precolombinas y de la idolatría del catolicismo en particular en su versión ibérica, pero lo cierto es que somos adoradores de simbolitos, imágenes e idolitos, desde la mencionada guadalupe –madre de todos los mexicanos– hasta la madre particular de cada uno el diez de mayo, pasando por héroes de piedra, bronce y hasta de cartón y otros varios simbolismos de un nacionalismo exaltado, sumándole la creencia casi medieval en el poder de los gobernantes para solucionar cualquier problema –y las consecuentes peticiones al alcalde, al gobernador o al presidente de ayuda como si de un santo o un mago se tratara– y, en contraparte, la absurda confianza de éstos en el poder no de sus actos sino de sus palabras y declaraciones.
por eso no me extraña, aunque me enoja, la idea de exhumar, analizar y luego exhibir por un año los restos de 12 héroes de la independencia nacional que se encuentran en urnas en el ángel de la independencia. extraña ceremonia que se suma a la serie de rídiculas, provincianas y anacrónicas celebraciones ideadas por gobiernos federal y estatales para nuestros 200 años de orgullosa identidad nacional. como si fueran reliquias de santos –de esas que en la edad media la iglesia católica inventaba con gran facilidad para generar ganancias "espirituales", económicas, políticas, militares o, lo más común, todas las anteriores.
el próximo 30 de mayo cuando, con desfile militar incluido, se exhumen y trasladen los huesos de nuestros santos héroes, preferiré rentar y ver en mi casa el coleccionista de huesos. por cierto, el cráneo arriba de estas líneas llevó por nombre, cuando estaba cubierto de piel y relleno de sesos, phineas gage, y su historia –que yo conocí en un libro del doctor antonio damasio– bien vale haber sido guardado como reliquia médica.

arquitectura diagramática (2)



comenta patrick, con razón, que el plano del kunstlinie en almere, también de sanaa, se parece más aun al del monasterio de st. gall –comentado antes. también, de paso, la imagen que normalmente –desde el siglo 19– se ofrece del mismo monasterio, en algo me hace pensar en el iit de mies. será que toda esta arquitectura comparte la condición de ser "meramente" organización y materia o, más bien, organización material o, intentando mayor precisión, la organización material del espacio y del tiempo –recordemos que sanford kwinter dice que el monasterio medieval es, ante todo, un reloj. será que esta arquitectura –la medieval y la moderna y contemporánea– se escapa de los enredos de la representación y el simbolismo. algo que habría que pensar a partir –y a veces en contra– del famoso esto matará aquello de victor hugo.

22.5.10

ai weiwei: todo es arte, todo es política para mi


video que acompaña una entrevista que publica el new yorker.

conferencia manuel de landa

para los que no se han enterado aun, el jueves 27, en la universidad iberoamericana, manuel de landa dará una conferencia. hay que reservar su lugar en generativo@materia.com.mx

cosas por ver


aprovechando las vacaciones escolares de verano, debería ir en estos días a ver la exposición de conlon nancarrow en la fonoteca nacional –en el barrio de santa catarina, en coyoacán–, la de norman foster en san ildefonso, y el recién reabierto museo del chopo, intervenido por ten.arquitectos.

arquitectura y crisis

en su blog félix de azúa publica, entre otras, estas respuestas a una entrevista:

¿En qué afecta la crisis, la falta de financiación, la contención del gasto, a los grandes proyectos urbanísticos y arquitectónicos?

Muy positivamente. A la arquitectura le sienta estupendamente la pobreza. La peor arquitectura es la que se hace con toda clase de medios, financiaciones y subvenciones. El mejor ejemplo, el Berlín de Speer/Hitler.

Se percibe un cambio en las prioridades políticas: ¿menos proyectos pero más grandilocuentes?

Tal y como van las cosas los que mandan en estos asuntos son los poderes regionales en alianza con las mafias locales. La arquitectura de la mafia es asombrosa, basta con darse una vuelta por Sicilia o por la costa valenciano/catalana. No parece haber otro futuro.

En tiempos de crisis, ¿qué proyectos deberían ser los prioritarios? ¿En qué consiste la arquitectura de crisis?

La arquitectura de la crisis y de la no-crisis debería ser la misma, una actividad destinada a guarecer a las gentes lo mejor posible en ciudades habitables. Pero eso no sale muy bien en papel couché.

Arquitectos estrellas y poder político, ¿cuánto durará ese matrimonio?

Hasta que nos demos cuenta de que el fascismo ha regresado disfrazado de democracia.

arquitectura diagramática



recordando eso que toyo ito dijo de la arquitectura de kazuyo sejima: que era diagramática, y viendo la planta del recién inaugurado rolex learning center, no puedo evitar comparar el parecido, que ya antes había notado en otras plantas de sanaa, con el plano, también diagramático, del monasterio de st. gall. este plano, el más antiguo conservado de la edad media, dibujado a finales del siglo noveno, representa, según algunos expertos, más que un edificio "real", la lógica diagramática de un monasterio o, dicho de otro modo, la mecánica interna del mecanismo llamado "monasterio": una máquina abstracta que sirvió en esa época para controlar, normalizar y civilizar el territorio europeo.

el lincoln center

nicolai ouroussoff escribe en el new york times del proyecto de diller, scofidio y renfro.

ciclopuentes

o el segundo nivel para bicicletas (tal vez así marcelo podría reunir en una dos de sus fantasías: la supuesta intención de promover el uso de la bici en la ciudad –lo que ha hecho no a medias sino a quintas y con un programa de quinta– y la ingenua idea de que los segundos pisos serán su camino a los pinos –idea que comparte con el engominado peña nieto: ¿no vieron que no le funcionó a lópez obrador? bueno, desde anarchitecture llego al sitio de kolelinia, una propuesta presentada en tedx bulgaria para generar líneas elevadas en las que puedan circular bicis, uniendo ciclovías a través de zonas conflictivas.

¡ole toro!

yo siempre le voy al toro aunque pocas veces gana en este patético "espectáculo". el torero, por si alguno se interesa, se recupera –lo que generalmente no puede decirse de los toros.

p.s. lo escrito por xavier velasco en milenio hoy lunes 24

20.5.10

muro antena (o antena muro)

esta antena de varios cientos de metros de largo, que parece una fantasía del fotochop, fue construida por los rusos en las cercanías de chernobyl. más en bldgblog.

otro imbécil

este imbécil –el de la derecha: dime con quién andas...–, emilio gonzález martínez, gobernador de jalisco –¿cuánto tequila se habrán zampado para terminar eligiendo a semejante troglodita?– dijo en una entrevista a carlos puig de w radio: “soy defensor de la vida, y todo lo que tiene que ver con la muerte, llámese narco, secuestradores, pena de muerte y aborto, yo los pongo al mismo nivel”

la naturaleza de la arquitectura


La naturaleza es un artificio. Dicho así resulta una vana provocación, pero no tengo aquí el espacio ni, seguramente, la capacidad de argumentar a fondo. Cito pues, casi como excusa, lo que dice el filósofo Clément Rosset en su libro La anti naturaleza: “el hombre será ‘naturalizado’ el día en que asuma plenamente el artificio renunciando a la idea de naturaleza misma.” No se trata, por supuesto, de negar nuestra relación y dependencia de lo natural, sino de aceptar que nuestra naturaleza –si alguna tenemos– es la de transformar lo natural en artificio, que esa es nuestra estrategia de supervivencia y que –como apuntó el escritor Claudio Magris– el lado oculto de la ecología tiene aún resabios de una voluntad de control y dominio característicamente humana, demasiado humana. Al fin, lo que se busca es que nuestra casa-mundo se mantenga como un entorno propicio para nosotros, entendiendo ahora que eso no es viable si no tomamos en cuenta al resto de los seres vivos. Es desde esa perspectiva que intento entender la relación entre arquitectura y sustentabilidad.


“La arquitectura –dice el arquitecto catalán Josep Lluis Mateo en la introducción al libro Natural Metaphor– siempre ha sido destructiva: se talan árboles, se transforman montañas en llanuras, se excava el suelo.” Mateo, sin embargo, acota o precisa su afirmación: la arquitectura desde siempre se ha querido una actividad constructiva, pero la arquitectura no puede construir sin destruir. El mundo artificial –finalmente el único que puede ser llamado así: mundo– gana, pero la naturaleza pierde, y dicha pérdida, a la larga, se revela como un riesgo gravísimo para el mundo mismo. La sustentabilidad de la arquitectura se mide cada vez más, pues, no sólo en relación a su capacidad portante y autoportante –en referencia a la vieja condición que le exigía Vitruvio, arquitecto romano del primer siglo de nuestra era, la firmitas: la firmeza, a la vez dureza y durabilidad–, sino a la tendencia a lograr el máximo de artificio construido con el mínimo de naturaleza destruida. En consecuencia, los otros dos términos de la triada vitruviana –la venustas, más el placer que una construcción procura que la belleza en sentido abstracto, y la utilitas, la utilidad o el provecho– quedan subordinados a una noción expandida de la resistencia, entendida ahora como sustentabilidad.


“La sostenibilidad –escribió Inaki Ábalos– es el concepto de moda en la arquitectura actual.” Y si bien se trata, en gran parte, de una moda –lo que no le quita importancia: es un error pedante pensar que las modas carecen de razón y sentido de ser–, se puede afirmar que siempre ha sido, aún sin ese nombre, una preocupación para la arquitectura: primero de orden estructural y económico y luego, poco a poco, –cuando el término acuñado por el biólogo alemán Ernst Haeckel a finales del siglo XIX se puso, también, de moda– ecológico –recordemos, de paso, que ambas palabras comparten el prefijo griego oikos: la casa, lo propio, la familia y que, si podemos entender a la economía como el conjunto de normas impuestas a la regulación de la casa, la ecología representa, en cambio, la lógica interna propia de la misma. Ábalos lo interpreta como un desplazamiento de lo mecánico a lo energético o, digamos, de lo estático a lo dinámico, del producto a la producción, del objeto cerrado a los procesos abiertos que lo determinan y en los que juega algún papel. Un cambio, según Sanford Kwinter –lo menciona también Ábalos– a un nuevo modelo orgánico, termodinámico e informativo de la arquitectura. Ese cambio, de lo fijo a lo variable –lejos del equilibrio, como es el termodinámico título del libro de Kwinter– es lo que caracteriza sin duda al viraje ecológico. Ian Mcharg –paisajista y planificador escocés, autor en 1968 de un libro ahora clásico: Design with nature– explicaba que “el ecologista está interesado en la sucesión, en el desarrollo y la adaptación en el tiempo,” y que por tanto tiene la posibilidad de ver “las relaciones entre proceso y forma.” La sustentabilidad, pues, en tanto duración y durabilidad sostenible, es cuestión de tiempo –en los dos sentidos que el español puede dar a esa palabra, el cronológico y el climático.


Reyner Banham –quizá uno de los primeros en articular críticamente la idea de medio ambiente en la historia de la arquitectura– escribió en su libro The architecture of the well-tempered environment (1969) que la palabra “atmósfera” había de ser leída literalmente. Recientemente, en el tercer tomo de su obra Esferas, el filósofo alemán Peter Sloterdijk enumera los tres criterios que caracterizan al siglo XX: la práctica del terrorismo, la concepción del diseño del producto y las ideas sobre el medio ambiente –los tres coinciden, dice, en el momento que marca, con precisión, el inicio de la modernidad tardía: el 22 de abril de 1915, primera vez que se usó masivamente el gas como medio de combate en la primera guerra, desplazando la atención del cuerpo del enemigo a su medio. Sloterdijk también usa el término “atmósfera” y dedica varias páginas a explicar el papel de la arquitectura en la “climatización” del mundo: la arquitectura como invernadero. Todavía más reciente es el libro del arquitecto suizo Philpippe Rahm Architecture météorologique, donde dice que “pensar la arquitectura en términos del clima significa proyectarse en otra espacialidad, en una relación más sensual con el espacio, habitar el espacio interior como una atmósfera” y que eso nos llevará a una arquitectura ligera e invisible, que producirá lugares como paisajes abiertos y libres.


Banham, de nuevo, hablaba de la necesidad humana de administrar –y en el inglés manage hay que leer también manejar y manipular– el ambiente con el objetivo de florecer como cultura y no meramente sobrevivir como seres vivos, implica el despliegue de recursos técnicos y organizaciones sociales para controlar el ambiente inmediato. La manera tradicional de la arquitectura para responder a esa necesidad fue mediante estructuras masivas y perdurables –de nuevo la firmitas. Pero dichas estructuras, dice Banham, “están abiertas a varias objeciones: culturalmente pueden ser demasiado enfáticas; económicamente demasiado caras; funcionalmente, incapaces de adaptarse al cambio; ambientalmente, ineficientes en cuanto al desempeño que de ellas se esperaba.” Esto que podríamos calificar como una crisis de la idea de materialidad en arquitectura –que se inicia con la revolución industrial y se intensifica con el viraje ecológico– se hace explícita en lo que decía otro personaje clave en el pensamiento de la construcción de un entorno sustentable: Buckminster Fuller, quien decía que de un edificio habría que preguntar, ante todo, cuánto pesa: con cuanta materia desempeña sus funciones.


Los materiales utilizados en la construcción parecen ser entonces un asunto clave en asuntos de sustentabilidad. Hay quienes suponen que la apariencia de un edificio es signo inequívoco de sustentabilidad: acero y vidrio prohibidos; piedra y madera preferidos. Pero no es tan simple. Pensemos, por ejemplo, en dos casas ejemplares del siglo XX. De vidrio y acero, la casa Farnsworth, diseñada por Mies van der Rohe. De piedra, concreto y madera, la de la cascada, obra de Frank Lloyd Wright. La de Mies, seguramente demasiado calurosa en verano y algo fría en invierno, debido a sus grandes superficies transparentes, podría sin embargo desmantelarse con relativa facilidad, sus materiales reutilizados o reciclados de igual manera y prácticamente en su totalidad; además el rastro que dejara sobre la tierra desaparecería en pocas semanas. La de Wright, arquitecto admirado por Mies, padre para muchos de la arquitectura orgánica –aquella que se quiere cercana a la tierra y a las condiciones locales de cada sitio– fue construida en 1936 para la familia Kaufmann en –literalmente, es decir: sobre– la cascada que les gustaba ver en sus descansos de fin de semana y a cuyo pie habían instalado unas cabañas prefabricadas. Fresca y a veces fría, el concreto, la piedra y la madera con que fue construida no podrían recuperarse en su totalidad; tampoco reutilizarse o reciclarse. Si la demolieran, pasarían quizás varios años antes de que la naturaleza borrara sus huellas –aunque finalmente lo haría: la naturaleza es un agente destructor mucho más poderoso que cualquier arquitectura. Con todo, para muchos la de la cascada es ejemplo de integración al paisaje y respeto por la naturaleza mientras la Farnsworth es muestra de la arquitectura que hay que evitar: abstracta, construida con materiales industriales, sin relación aparente con el sitio. Es una confusión, a la que ya varios han aludido, entre desempeño y apariencia. Lo que una cosa o una casa hagan, no se deriva necesaria e irremediablemente de cómo se vea –el dictum modernista, bajo clara influencia de la biología del siglo XIX, afirma exactamente lo contrario: es la apariencia, la forma, la que sigue al desempeño, la función. Véase, como ejemplo de que la apariencia no condiciona al desempeño, la obra del arquitecto australiano Glenn Murcutt –seguidor de Mies y ganador, en el 2002, del premio Pritzker–, hecha de acero, aluminio, vidrio y madera bajo la consigna de “apenas tocar la tierra”, extraordinaria muestra de ligereza, eficiencia, belleza y –esa idea que no necesariamente debe tenerse siempre como valiosa– respeto por el sitio.


Ante ese dilema material, hoy nos encontramos ante dos opciones aparentemente opuestas de atacar el problema de la sustentabilidad. Por un lado está la visión de alta tecnología, que reduce el impacto energético de una construcción implementando los materiales, procesos y sistemas más sofisticados, incrementando el costo inicial de una obra con la promesa de reducir notablemente los gastos de mantenimiento, además de los beneficios ambientales. Por el otro, la de baja tecnología, que recurriendo a materiales y métodos tradicionales o desarrollados de manera similar a éstos. En el primer caso, por ejemplo, una delgada fachada transparente estaría cubierta por vidrio con tratamientos especiales para controlar y disminuir la radiación ultravioleta y se podría diseñar con ayuda de computadoras la manera en que el aire calentado por la luz del sol circulara, enfriando al edificio de día y calentándolo de noche. En el segundo caso la opción sería hacer un muro sólido, con espesor suficiente para aislar el interior y las ventanas mínimas para iluminarlo –como siempre se ha hecho, dirían algunos. En realidad no hay una respuesta, sino que las posibilidades dependen de las condiciones de cada caso. Se trata, finalmente, de superar esa diferencia entre apariencia y desempeño que, a su vez, divide a la arquitectura entre una que ocupa las portadas de las revistas y otra que parece resistir la influencia de éstas. Para tener aun mayor peso, la idea de sustentabilidad, como parte de una forma de pensar más amplia que, entre sus múltiples consecuencias desmantela la serie de oposiciones rígidas que estructuraban al pensamiento clásico, deberá por tanto rebasar el dilema entre apariencia y desempeño, entre una arquitectura eficiente pero demasiado cara y otra –para caricaturizarlo– demasiado fea. Y más aún: pasar de una noción pasiva de sustentabilidad a otra activa, a entender –como fue planteado incluso al inicio del gobierno de Obama en Estados Unidos– que hoy cualquier edificio que se conecte a una red o sistema energético deberá, además de tomar lo que necesite y devolver lo que le sobre con limpieza, producir lo que pueda. La sustentabilidad será ahora productiva.


publicado en equilibrio

justicia católica

desde richarddawkins.net informan que la hermana margaret mcbride fue excomulgada (!) por el obispo thomas j. omsted debido a que permitió que en el hospital que administra se practicara un aborto a una mujer con 11 semanas de embarazo y que, según los médicos, por su estado de salud, era prácticamente imposible que sobreviviera durante el embarazo. hasta hoy ningún cura acusado de pederastia ha sido excomulgado. otra muestra, si fuera necesario, de que la iglesia católica está dominada por cínicos y obtusos hombres machistas, hipócritas, autoritarios y cuantos más adjetivos quieran agregar.

18.5.10

de la cuchara a la ciudad

El arquitecto debe poder diseñar de la cucharita a la ciudad. Algunos atribuyen esta frase al arquitecto italiano Ernesto Natan Rogers –primo del británico Sir Richard y director, durante más de una década, entre los cincuentas y los sesentas, de la revista Casabella– mientras otros dan la autoría a Walter Gropius, fundador de la Bauhaus y, por tanto, evidente entusiasta del diseño total –de la cucharita a la ciudad, pues. Esa idea permeaba la Bauhaus a tal grado que en esa escuela no existía, como carrera o disciplina a enseñarse aislada, la arquitectura, suponiendo que todas las otras formas de producir objetos para la vida cotidiana, al derivarse de ésta, la servían finalmente. Con todo, la idea de la arquitectura como una disciplina que debe abarcar entre sus saberes y poderes prácticamente todo lo que pueda ser producido por la mano del hombre –es decir: todo lo que pueda ser diseñado, léase dibujado–, no es en absoluto nueva.


Desde el siglo primero de nuestra era, en el texto que consagra, de menos por antigüedad, el conocimiento arquitectónico occidental, Marco Vitruvio Pollion, más conocido simplemente como Vitruvio, anotaba que el conocimiento del arquitecto –que el calificaba, en latín, como scientia, es decir: un conocimiento estructurado, compartido y de algún modo verificable, en oposición, dentro del espectro epistemológico grecolatino, a la mera opinión subjetiva– era un saber enriquecido y adornado por múltiples erudiciones y distintas artes. Más aun, el arquitecto –prescribía Vitruvio– debía ser educado, hábil con el lápiz, instruido en geometría, saber mucho de historia, haber seguido a los filósofos atentamente, entender de música –cosa de ritmos, de armonías y proporciones tal vez– y tener algún conocimiento de medicina, conocer la opinión de los juristas, nociones de astronomía y de la teoría de los cielos. Vitruvio explica la razón de cada uno de estas exigencias, no se vaya a pensar que sirven sólo de pretencioso ornato al arquitecto. Tras esta introducción, Vitruvio dedicó el resto de sus diez libros de la arquitectura a explicar qué deben hacer los arquitectos para construir las ciudades y sus edificios, para fabricar mecanismos capaces de medir el tiempo –en el noveno libro– y también máquinas de guerra, para destruir las ciudades que con tanto cuidado habían construido –en el décimo. De la ciudad a la catapulta. Lo de Gropius fue ampliar sólo un poco más el panorama: de la catapulta hasta la cucharita.


La arquitectura, por tanto, desde siempre –o casi– ha jugado ese juego de quererlo abarcar todo, para luego irlo soltando –no, no, la cuchara, eso es diseño industrial, y la ciudad: urbanismo; su infraestructura: ingeniería; su mapa, diseño gráfico; el jardín es paisaje y los adornos dentro de los edificios son decoración o, si duran poco, escenografía– para después, ambiciosa o egoísta, reclamar de nuevo su papel de tutora, de matriz, de origen y su derecho, por tanto, al control absoluto de todo lo que termina conformando eso que ahora llamamos el ambiente o el entorno.


Un par de ejemplos de este vaivén, ya mencionados, tienen que ver con dos de los campos de acción que hoy la arquitectura busca recuperar con mayor interés: la infraestructura y el paisaje –que para muchos ya son una sola cosa: hoy, dice el filósofo alemán Peter Sloterdijk, ya no hay naturaleza, sólo infraestructura. La construcción de la ciudad y del territorio –más allá o más acá del diseño de los edificios– dejó definitivamente de ser responsabilidad de los arquitectos cuando, al fundarse a mediados del siglo XVII la Escuela de Puentes y Caminos, en Francia, lo que hoy llamamos infraestructura urbana pasó a ser quehacer de ingenieros, mientras los arquitectos se entretenían buscando el estilo apropiado para un banco o una casa, en lo que pensaban era su dominio y era, más bien, una especie de reserva para especies en extinción: la academia de arquitectura, fundada también en Francia a finales del XVII y transformada en Escuela de Bellas Artes a principios del XIX. Por otro lado, la jardinería, de Le Nôtre en Versalles a Olmstead en Central Park, para hacer una historia larga demasiado corta, fue forjando de manera casi autónoma su propio status como otra arquitectura, mientras la arquitectura parecía no concederle demasiada importancia. Roberto Burle Marx, Isamo Noguchi o Robert Smithson, por nombrar sólo algunos, fueron otros tantos de quienes nos mostraron distintas maneras de ver el suelo y los jardines que hoy la arquitectura, como disciplina, quiere retomar como parte de su historia oficial.


¿Pero cuáles serían hoy buenos ejemplos de esta tendencia de la arquitectura a expulsar y luego intentar tomar control de nuevo sobre formas de actuar en o sobre el entorno que, en principio y asumiendo una concepción amplia y quizás vaga de la arquitectura, serían lo primordial de su hacer? No se trata, por supuesto, de otras cosas que hagan arquitectos además o en vez de arquitectura –sea lo que sea: pintar, actuar, tomar fotos fotos o escribir libros. Sino de campos –terrenos, digamos– preparados, desbrozados primero por la arquitectura y que luego llegan a constituirse como dominios más o menos autónomos.


Una sección del sitio de internet archinect.com está dedicada a presentar el trabajo de arquitectos que hacen cosas que normalmente no entendemos como arquitectura. El título de la sección es interesante: working out of the box, trabajando fuera de la caja o, también, de la casilla: arquitectos que no quieren ser encasillados como arquitectos. Al preguntarles a qué se dedican actualmente, la mayoría de quienes ahí se presentan –a excepción de un par de realizadores de documentales y un conductor de un programa de diseño para la televisión– incluye en la descripción de lo que hacen la palabra –o de menos la idea– diseño: diseño estratégico, diseño de innovaciones, diseño multimedia, diseño de presentaciones, diseño de exhibiciones, diseño de información, diseño de objetos, diseño de interiores, diseño de imagen, consultores de diseño de tecnología, diseñadores gráficos, diseñadores de productos, diseño de la organización de empresas e incluso diseño de sandalias para mujer. Más curioso resulta que a la pregunta “en qué momento dejó de ejercer la profesión de arquitecto”, la gran mayoría responde que no la han dejado de ejercer, que lo hacen de otro modo, de otra manera, en otro campo o a otra velocidad. Pocos parecen querer admitir que lo que hacen ya no es arquitectura –aunque los conocimientos adquiridos en su formación les sean útiles para sus nuevos oficios. O quizás tenga razón y eso sigue siendo arquitectura.


También resulta interesante –y completamente explicable– que la mayoría de estas nuevos campos ocupados por arquitectos tengan que ver con el diseño entendido en dos sentidos complementarios. Primero, la prefiguración o, para decirlo mediante un molesto galicismo: la puesta en imagen de algo que aun no existe –y que en muchos casos, en estos nuevos campos, se quedará como mera imagen. La proliferación de programas de computadora usados como auxiliares para el dibujo y, a veces, para el diseño, ha hecho que, en algunas escuelas, los estudiantes de arquitectura sean expertos en la producción de imágenes, fijas y animadas, que prefiguran lo que idealmente debiera ser luego construido, al nivel de animadores de Hollywood. El interés puesto en este tipo de simulaciones y en el alto grado de realismo o, más bien, en el hiperrealismo que exhiben, hace que en algunas escuelas se rebase la capacidad artesanal de producir imágenes verosímiles para interesarse en el desarrollo de los programas mismos y la comprensión de sus maneras de operar. Esto les da a muchos de estos jóvenes arquitectos aptitudes muy valoradas en esta era que ya desde hace mucho, en lo que ya es un lugar común, calificamos como de la imagen.


Esto último conecta con el otro sentido de diseño: el de la organización interna de alguna cosa o de un proceso. Se diseñan las mecánicas, las lógicas mediante las cuales se puede producir algo –y no meramente el producto final. Algo tiene que ver con la idea kantiana de entender la arquitectónica como el arte de producir conocimiento sistemático –o, al revés, de sistematizar el conocimiento. Si el ojo y la mano del arquitecto, al menos desde el renacimiento, están entrenados para producir imágenes realistas, su mente lo está para, al mismo tiempo, trabajar de manera analítica y sintética; para organizar partes aparentemente autónomas en un conjunto donde todas se implican de algún modo; para dividir una acción continua en una serie de pasos o para reconfigurar varias acciones discretas en una secuencia. Esas habilidades organizativas –que, por otro lado, han sido criticadas como las taras que impiden a los arquitectos entender, digamos, la ciudad como un sistema complejo, reduciéndolo siempre a sistemas independientes, esto es, planificándola o aplanándola– parecen preparar al arquitecto para estos otros trabajos.


Si, como la define Vicente Guallart en el Diccionario de Arqutiectura Avanazada, entendemos a la arquitectura como la organización de actividades en el espacio, físico o virtual –aclara–, sólo hace falta entonces definir de qué tipo de espacio se trata y cuáles actividades tendrán lugar en él para que el arquitecto pueda emprender su labor organizativa. Sitios web –y nótese que el cambio de término de página a sitio, apunta de algún modo a la necesidad de una arquitectura–, exhibiciones, interiores, estrategias o mercados, todos parecen implicar espacios y actividades que el saber o, como hubiera escrito Vitruvio, la ciencia del arquitecto, puede dedicarse a organizar. Será tal vez que, como apunta Paul Shepheard en su libro What is architecture? –cuyo subtítulo adelante la respuesta que contiene el libro: an essay on landscapes, buildings and machines–, “la arquitectura no se trata sólo de edificios. Puede que no todo sea arquitectura, pero no sólo son edificios, es algo más que eso.”


publicado en la tempestad

17.5.10

postopolis! df

tomo anuncia que, del 8 al 12 de junio, en el eco, tendrá lugar el tercer encuentro postópolis!, la ciudad de los blogs.

the pompidou mess

desde archinect llego a este texto en el financial times en el que edwin heathcote "desbarata" el nuevo pompidou diseñado por shigeru ban en metz:
la primera sucursal provinciana del pompidou está alojada en un edificio excéntrico y francamente feo, del lado equivocado de una ciudad que ha sufrido de su posición cambiante en la frontera entre francia y alemania.

europa, europa


tras rediseñar la bandera europea, rem koolhaas rediseña el continente entero. "la megalomanía es un estandar de nuestro repertorio" –dijo reinier de graaf, encargado del proyecto, según reporta rowan moore en the guardian. el proyecto, llamado eneuropa -energía+europa- redibuja la red de carreteras de acuerdo a una lógica de eficiente gasto energético.
pero realmente ese no es el tema de esta entrada, mero pretexto. jesus silva herzog márquez tuiteó esta nota que explica las cinco razones por las que europa no será quien lidere el siglo 21:

1.carencias culturales y demográficas
2.no hay una unidad política real
3.no trabajan lo suficiente
4.no atienden aun los problemas básicos
5.demasiado jerárquica, organizada de arriba a abajo, dirigida por una elite

16.5.10

¿qué es un arquitecto?

¿y si nos preguntamos no qué es la arquitectura sino qué es un arquitecto? no qué hace: qué es. ¿mueve el arquitecto a la risa, de manera similar al filósofo? ¿el arquitecto, como el filósofo, reirá al último?

¿qué es un filósofo?

alguna vez heidegger dijo que la filosofía era esa forma de pensar que no sirve para nada y que hace reir a las sirvientas. la definición –si así podemos llamarla– juega con la vieja historia de tales de mileto quien, al caer a un pozo por caminar viendo a los cielos, es ayudado por una sirvienta tracia que, riéndose de él, le dice que tan atento como está a las cosas de los cielos, no sabe por dónde camina. hans blumenberg escribió un libro –la risa de la muchacha tracia, los orígenes de la teoría– acerca de esa historia y su relación con la filosofía. hoy en el new york times simon critchley se pregunta no qué es la filosofía –pregunta propia de la senilidad, decían deleuze y guattari en el libro de ese título– sino qué es un filósofo. refiriéndose de nuevo a la risa de la muchacha tracia, critchley escribe:
¿qué es entonces un folósofo? la respuesta es clara: un pelele, un bufón distraido, el objetivo de incontables bromas, desde las nubes de aristófanes hasta la historia del mundo de mel brooks. siempre que el filósofo habla de las cosas a sus pies hace no sólo que la muchacha tracia sino que todo el mundo se ría a carcajadas. la torpeza del filósofo con temas mundanos lo hace parecer estúpido o "da la impresión de simple torpeza". nos quedamos con una definición del filósofo a la monty python: el que es bobo.
pero hay más: no es el filósofo sólo un zonzo qué mueve a la risa cuando se pregunta qué es eso que todos suponen saber qué es.
tal vez –dice crithley– el filósofo ríe al último. aunque siempre parecerá ridículo a los ojos del leguleyo y de aquellos obsesionados con mantener el status quo, lo contrario sucede cuando quien no es filósofo se ve obligado a dar cuenta de la justicia en sí misma, o de la felicidad o de la miseria en general. lejos de ser elocuente, dice sócrates, el leguleyo se queda "perplejo y balbucea."
la diferencia, tal vez, es entre quienes ríen porque no entienden y quien ríe porque sabe que no hay nada que entender.