11.12.12

consuelo de pocos


en las últimas semanas he leído varios elogios al trabajo de consuelo saizar al frente del conaculta en el sexenio que terminó. algunos empiezan o terminan declarando una amistad que nació con el trato durante el tiempo que presidió el consejo. yo diré que no la conozco y que, al menos en lo que a sus proyectos arquitectónicos se refiere, las felicitaciones me parecen no sólo desmedidas sino francamente inmerecidas. aunque ya lo he escrito antes –aquí y acá–, me parece importante aclarar, acaso por última vez, por qué pienso eso de la gestión de saizar en relación a la arquitectura.

son tres los grandes errores de sus gestión respecto a la arquitectura que, finalmente, se combinaron resultando hasta ahora en un fiasco. primero, la designación directa de los arquitectos, sin que mediara ningún concurso de ideas que, si bien no es el único método para producir buena arquitectura, si es el más aceptable en una sociedad que se presume democrática. aunque todos los arquitectos elegidos son reconocidos por su trabajo, el haber sentado un precedente —incluso jurídico, al postular que legalmente un proyecto arquitectónico puede encargarse sin licitación cual si el estado comprase una obra de arte, haciendo que finalmente la selección dependa del gusto de un funcionario– me parece muy grave.

el segundo error fueron los tiempos. la mayoría de los proyectos se encargaron con poco más de un año de anticipación, al final de sexenio y, ya lo sabemos, en la obra pública todo se rige por tiempos políticos. el resultado está a la vista: prácticamente ninguna de las obras fue terminada en forma. la ciudadela se inauguró faltando más de la mitad por terminar y la cineteca nacional, tras posponer la inauguración y al final transformarla en una inexplicable “supervisión de obra” por parte de calderón, no está concluida ni en la tercera parte. la declaración de consuelo saizar al periódico reforma de creer en obras bien hechas y, después, su recorrido con calderón por obras inacabadas, construidas de prisa y, por lo mismo, con mala calidad, resulta o bien ingenua o bien cínica. ignoro si quienes le aplaudieron esos logros –incluyendo críticos y arquitectos– no vieron que el traje nuevo de la ex-presidenta del conaculta no estaba ahí.

último error: la falta de planeación o que esos proyectos fueran ocurrencias armadas sobre las rodillas. saizar confundió su papel. se transformó en capataz supervisando obras y presionando –insultos incluidos, según cuentan– para que estuvieran listas en tiempos imposibles y tomando decisiones como si de la remodelación de su casa se tratara, en vez de haber planeado con tiempo cada uno de esos proyectos, estudiado sus ventajas y sopesado sus contras y entendiendo lo que realmente exigirían en cuanto a costos y tiempo de realización.

en la ciudadela, por ejemplo, una biblioteca siempre llena de jóvenes haciendo tareas fue sustituida por varias colecciones, bibliotecas fetiche, amuebladas con apenas una docena de sillas y mesas cada una: más par ver que para leer; a la cineteca le sumaron apresurados un museo del cine casi sin sentido que tampoco se concluyó; de los estudios churubusco ya ni se habla.

tal vez en otras disciplinas el trabajo de consuelo saizar al frente de conaculta destacó y sea digno de elogios, no lo se. pero en arquitectura no. se hizo poco y de lo poco que se hizo mucho se hizo mal, a medias, y hasta ahora queda inacabado. eso es algo que no puede ni debe celebrarse, menos por arquitectos y menos aun por quienes intervinieron en dichos proyectos. hacerlo haría de la complacencia complicidad y dejará la puerta abierta para repetir los mismos errores y las mismas faltas una y otra vez.

2 comentarios:

- dijo...

Vaya, hasta que por fin alguien se atreve a hacer una crítica justa y objetiva al papel de dicha señora. Pues es que pareciera que se volvió una modita de uno que otro "intelectual" el gritar a los 4 vientos, sobre su supuesta amistad con Consuelo Saizar.

Fluoxetina dijo...

Felicitaciones, estuve en el jam del sábado en la elena garro y creo que fue muy acertado lo que se dijo acerca de que ya no necesitábamos más espacios de cultura sino en verdad hacer algo por activar todos los que ya existen, por dotarlos de contenido y no hacer más contenedores para que parezca que sí hay resultados.