4.1.11

el derecho a desvelarse

detesto ese puritanismo y la mojigatería hipócrita que en este país, a derecha e izquierda, se disfraza de paternalismo, de preocupación por el bienestar ajeno de un ogro autoritario mal disfrazado de filantrópico. hoy leo en la edición del reforma del 24 de diciembre del año pasado:
"la ampliación de dos horas en el funcionamiento de los antros de la ciudad de méxico estará acompañada de más accidentes relacionados al consumo de alcohol, alertaron especialistas.
a mayor espacio de consumo de bebidas alcohólicas, se incrementa el riesgo de que los bebedores se vean involucrados en accidentes, consideró manuel gonzález oscoy, académico de la facultad de psicología de la unam."
en el mismo artículo leo:
"la ampliación de los horarios, consideró joaquín quintana, presidente de convivencia sin violencia ac, es un retroceso en materia de seguridad y disminución de riesgo de accidentes, principalmente para los jóvenes."
el mentado académico acaso y el presidente de la asociación civil de pomposo nombre ignoran que en cualquier actividad humana mayor libertad implica mayor riesgo y no por eso hay que limitar las libertades sino administrar los riesgos. salir a la calle, más en estos tiempos, es también arriesgarse, pero sólo el cinismo o la perversidad pueden postular el toque de queda como solución. y quien come puede atragantarse y asfixiarse, pero la anorexia no es la respuesta.
sirvan esas muestras de autoritarismo mal disfrazado de bondad para citar, de nuevo, a lipovetsky:
"en la sociedad hipermoderna se multiplican las actividades humanas nocturanas (salidas ociosas, turnos de noche, servicios de 24 horas, comercios nocturnos, discotecas, bares y restaurantes), se reorganiza un nuevo espacio-tiempo de trabajo y ocio. en este contexto aumentan las necesidades nocturnas de desplazamiento que necesitan una oferta pública mucho más dotada y diversificada que la que tenemos actualmente. en europa hay ya muchas ciudades que cuentan con una red especial de autobuses nocturnos. en este sentido, sería deseable que el metro parisino funcionase, a semejanza del neoyorquino, ininterrumpidamente. [...] no hay poliltica de calidad de vida sin una oferta pública de servicios de desplazamiento, sin la organización de redes específicas para la noche, de las que puedan beneficiarse en particular los jóvenes, para los desplazamientos ociosos de los días laborables y, sobre todo, los fines de semana."
en fin, en vez de prohibir habría que ampliar posibilidades. incrementar el castigo a quien conduzca en estado de ebriedad, sí, pero al mismo tiempo generar medios de transporte eficientes y seguros a cualquier hora del día y de la noche –como ejemplo de lo mal que estamos en esta ciudad en eso que, finalmente, tiene que ver con nuestras libertades, diré que el sábado pasado no hubo manera, ni en taxi ni en microbus o autobús, de desplazarme los tres kilómetros que separan a mi casa del metro, ¡a las 8 de la noche!

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