beam explica también que aun cuando el segundo acercamiento sea más amigable con el uso de la bici, hace más dificil su implementación en ciudades pensadas sólo para automóviles.
en la ciudad de méxico el indefinido estatus de la bici es más claro aun: los ciclistas debemos no sólo cuidarnos de conductores agresivos que no siguen las reglas de tránsito, dando vueltas sin advertirlo, en lugares prohibidos, estacionándose en segunda o tercera fila, rebasando por la derecha o, en el caso del transporte de pasajeros, haciendo paradas intempestivas y a veces varias por cuadra, etc., sino también con peatones que caminan por el arroyo, atraviesan las calles por cualquier parte excepto por las esquinas y, aprovechando el desorden del transporte público, hacen paradas o descienden de autobuses, microbuses y taxis donde mejor les conviene.
así, con todo y los esfuerzos de algunos dentro y fuera del gobierno capitalino para hacer que esta ciudad sea bicicletera no sólo peyorativamente, tras varios años ya de ciclotones domingueros que sólo sirven para decorar los discursos del jefe de gobierno con tintes seudoecológicos y ridículos tonos de moralismo pro-familia, esta ciudad sigue siendo prácticamente intransitable para ciclistas. ¡a ver cuándo!