en su blog, hari kunzru escribe:
"a juzgar por la muestra radical nature : art and architecture for a changing planet, 1969-2009 (barbican, hasta el 18 de octubre 2009), la Naturaleza -con n mayúscula– está en crisis. no se trata sólo del mensaje ecológico familiar de la muestra -que el planeta es frágil y que no estamos ayudando- sino algo más perturbador, casi misterioso. parece que la Naturaleza se está encongiendo. Hay que hacer notar que, tratándose de arte, la Naturaleza no es la naturaleza. sin mayúsculas, la naturaleza es simplemente toda la materia orgánica que nos rodea. la Naturaleza, por otro lado, es una categoría estética que, para simplificarlo considerablemente, surgió con el romanticismo. para los románticos, la Naturaleza venía en dos sabores básicos. estaba lo sublime -montañas y tormentas, icebergs y similares, fuerzas que en su vastedad e intensidad tenían el poder de abrumar los sentidos humanos. por otro lado estaba lo bello, la naturaleza limitada, razonable y placentera: un paisaje ingles, un campo de narcisos. en el mundo exterior a las galerías de arte encontramos aun ejemplos de una naturaleza sublime, comunmente aterradora. tsunamis que barren playas con turistas. terremotos que se tragan zonas suburbanas. pero en el barbican la naturaleza es una creatura lastimosa, enferma. inspira melancolía, nostalgia, piedad o humor negro. ya ni siquiera es bella. es un problema, un resto, algo que necesita ser conservado y defendido. las oportunidades de ser románticamente subyugado son escasas."
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