23.3.10
grafiti de escusado
una reciente visita a un escusado público adornado con una gran cantidad de letreros y dibujos me hizo recordar una vieja experiencia de mis años universitarios. a la mitad del camino de mi carrera, me encontré perdido en un oscuro semestre de cuyos resultados acostumbro culpar a mi exescuela pero en los que, probablemente, yo haya colaborado de algún modo. el resultado fue la decisión de tomar un año libre, fuera de méxico, dedicado, por razones que aquí no vienen a cuento, a tomar clases de francés para extranjeros en la universidad de rouen, una ciudad a orillas del sena a algo más de cien kilómetros al noroeste de parís. una de las cosas que primero me llamaron la atención de esa universidad, fue el contraste de sus baños, con sus puertas y muros rayoneados con una balanceada mezcla de consignas políticas, procacidades e invitaciones sexuales, con los de la muy mediana y clasemediera universidad donde yo estudiaba en méxico: limpios como las pulcras consciencias de los estudiantes que ahí nos formábamos. desde entonces supe que eso, la cantidado o densidad de grafiti en el escusado, era un claro signo de la calidad de una institucion de enseñanza superior: entre más, mejor. pensándolo bien, ¿qué hay de más anormal que jóvenes reprimidos incapaces de publicar en un escusado sus pulsiones sexuales o sus repulsiones políticas?
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