estoy leyendo el primero de una serie de libros que empezó a publicar la architectural association: architecture words. "una serie de textos e importantes ensayos sobre arquitectura escritos por arquitectos, críticos y académicos. como muchos aspectos de la vida actual –sigue diciendo la contraportada–, la cultura arquitectónica contemporánea está dominada por la interminable producción y consumo de imágenes, gráficos e información. en vez de reflejar esta gran fuerza, esta serie de pequeños libros busca desviarla mediante un lenguaje directo, un trabajo editorial conciso y un diseño gráfico bello y legible."
este primer ejemplar, supercritical, incluye una discusión pública que tuvieron peter eisenman y rem koolhaas en la architectural association en el 2006, seguida del análisis crítico de la misma por jeffrey kipnis y robert somol, más un par de pláticas que cada uno dio en la misma escuela a mediados de los años 70.
aquí van, meras notas sueltas, algunas de las frases que subrayé de la primera conversación:
peter eisenman: es importante entender que los arquitectos, como los filósofos, la gente letrada y los artistas (el tipo de arquitectos que debieramos ser), deben estar absolutamente familiarizados con el trabajo de sus colegas. (...) es difícil para cualquiera de nosotros superar el barullo noticioso del periodismo y los medios que rodean a los arquitectos contemporáneos. tal vez sólo sea posible mediante la escritura. (...) creo que es importante que los arquitectos digan y escriban cosas, no sólo para otros, sino para asumir una postura crítica y hablar de ciertos asuntos.
rem koolhaas: básicamente, pienso que puedo hacer arquitectura en tanto periodista, y una de las cosas más interesantes del periodismo es que es una profesión sin disciplina. el periodismo es sólo un régimen decuriosidades, aplicable a cualquier tema, y diría que ese es un hilo conductor importante en mi arquitectura. (...) en tanto arquitectos, somos intelectuales, pero estamos operando estrictamente dentro de la arquitectura. si soy totalmente honesto, diría que en lo que hemos querido convertirnos en nuestra oficina, no es en intelectuales de la arquitectura sino en intelectuales públicos, en otras palabras, en intelectuales capaces de contribuir a otros dominios más allá de la arquitectura.
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