7. Con todo, los suelos multiplicados en un continuo sin transición ni diferenciación alguna, listos para alojar todo tipo de actividad o uso, parecen contradecir la idea misma de la arquitectura como encargada de determinar un suelo específico para ciertas actividades al incrementar, seleccionar o disminuir su potencial. En la presentación de su proyecto para la Biblioteca Pública de Seattle, Rem Koolhaas/OMA oponen a la noción moderna de flexibilidad, que califican de uniforme –aquella “concebida como la creación de pisos genéricos donde casi cualquier actividad puede tener lugar”–, a otro tipo de flexibilidad –“hecha a la medida”– a la que llaman compartimentalizada. Dicha concepción de la flexibilidad tuvo efectos precisos en ese proyecto, tanto en el tratamiento del suelo como en la manera como éste se relaciona con la organización programática del edificio. “La superposición típica de pisos del rascacielos americano –que Koolhaas había estudiado en su libro de 1978 Delirious New York– es modificada genéticamente,” reagrupándolos en grupos conformando cinco plataformas que cobijan aquellos usos más o menos fijos o estables del programa y que están separadas por un espacio intersticial dedicado a los usos públicos, más abiertos e indefinidos: flexibilidad a la medida.
Así, la separación y la conexión entre los distintos espacios, que ya no depende de una lógica constructiva o tectónica, se mantiene, redefinida, para asegurar la producción de diferencias específicas entre aquí y allá o, más bien, entre lo que puede suceder con mayor probabilidad aquí y lo que no. Y eso tal vez nos lleve a entender hoy, en la era de la telecomunicación acelerada, a la arquitectura en tanto interferencia –sea positiva, negativa o sintética– como una interfase. Así lo entiende, en su libro publicado originalmente en 1969 Las ciencias de lo artificial, Herbert A. Simon –entre otras cosas premio Nobel de economía en 1978. “Un artefacto –dice– puede ser pensado como el punto de encuentro –una ‘interfase’ en términos actuales– entre un medio ‘interno’, la sustancia y organización del artefacto en sí, y un medio ‘externo’, el entorno en el cual opera.” Recapitulando, un artefacto –o un dispositivo– es un sistema físico que controla la diferencia de potencial entre distintos tipos de suelo, un adentro y un afuera, mediante una interfase cuyo tipo de interferencia puede ser calificada como positiva, negativa o, el caso más común, sintética.
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