3.6.10

cerrada, con tres candados y remachada


la nota en reforma da cuenta de cómo miembros de la sección 81 del sindicato nacional de trabajadores de la educación intentaron derribar e incendiar una puerta –negra y cerrada– del edificio de la secretaría de educación en el centro. la puerta, del siglo 17, es gran preocupación de muchos de los que hasta ahora han comentado la nota en el sitio web del diario –52. a mi la puerta no me preocupa tanto –sí, está linda– como el que el sindicato de trabajadores de la educación admita en sus filas a los afanadores, mensajeros y choferes de las escuelas. ya se: mi comentario peca de ese clacismo pretencioso que aprendí de mi abuela –no hables como verdulera, no chifles como arriero, no masques chicle como tortillera (quería decir vendedora de tortillas), no digas made, eso es de criada. no me importa. aunque apuesto por una sociedad abierta, plural, democrática y justa, entre otros adjetivos, no lo hago por una sociedad donde hablemos como verduleras, chiflemos como arrieros, o pretendamos derribar viejas puertas del siglo 17 como choferes de microbús, aunque –aun sin poder deletrear sin yerros y rompiendo diptongos cuando no se debe– sean miembros del sindicato de maestros lidereado por la espantosa elba esther. ni modo, a veces uno en sus fobias y enojos coincide con las decentes señoras de las lomas –quienes, por cierto, tampoco deletrean sin yerros y rompen diptongos indebidamente.

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