25.11.10
el zócalo
estas no son realmente imágenes de antes y después sino de antes y nunca jamás. la primera foto es de 1923, la segunda de hoy en el reforma. en una, el espacio público parece ser meramente decorativo, una promesa de usos no siempre permitidos. en otra, lo público ya no es más que espectáculo de sí mismo, pareciera que cualquier cosa puede pasar pero realmente sólo sucede aquello que ha sido programado. no se trata ya de la plaza como un espacio público en tanto ágora del conflicto y el debate –a lo chantal mouffe– sino de un sitio sitiado, un espacio tomado –como la casa tomada del cuento de cortazar– del que hemos sido excluídos para beneficio de algunos –que seran muchos, pero jamás son todos.
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3 comentarios:
me encanta que no pongas mayúsculas. lo que no entiendo es por qué no pones todos los acentos.
con respecto al contenido, coincido completamente. es un matiz importante la oposición entre espectáculo y conflicto.
¿Por qué no usas mayúsculas? Yo creo que el Zócalo si funciona como espacio público, otra cosa es que los gobiernos no siempre le den un buen uso como con la pista de hielo, o que su uso también este politizado. Me parece grandioso que pueda ser escenario para músicos, para instalaciones, para montar museos efímeros, etc, etc.
ix: trataré de ser más atento con los acentos.
de las mayúsculas: hay varias razones –aunque llamarlas así tal vez sea una exageración. la primera: mero gusto tipográfico. en general me parece que un texto se ve mejor todas en altas o todas en bajas. la segunda: un pequeño homenaje –otro– a adolf loos. loos tenía una revista llamada das andere –lo otro– y en ella escribía eliminando la proliferación innecesaria por meramente ornamental –según él– de mayúsculas en alemán, dejando sólo las que van al inicio de cada frase. como en español nosotros las usamos solamente al iniciar frases y para nombres propios, yo las elimino todas. y eso, finalmente, por la última razón: algo que leí alguna vez en un texto de xavier rubert de ventós (ensayos sobre el desorden): "toda mayúscula es un atentado contra el medio en que se produce: la Industria o la Ciuad contaminan el medio físico como el Saber, la Cultura o la Verdad contaminan el medio intelectual. el Poder arranca su mayúscula de un entorno que queda así imantado y polarizado: lo singular marcado como arbitrario, lo que escapa a su control como excepción y lo que se opone como obstácul (obstáculo al Progreso, la Historia, la Convivencia, la Liberación –al gusto). incapaz de decir sin definir, de utilizar sin normalizar, el Poder arrasa con los sentidos grágiles y cambiantes de las cosas para acer de ellas Símbolos universales qeu con el tiempo se consolidan al ir ganando en rigor, idealidad, armonía e intolerancia."
jesús: también me parece bueno que el zócalo pueda ser escenario de nuevas e inesperadas situaciones: de conciertos y de debates, de fotos de miles encuerados o de marchas. pero me parece que esos usos, por así llamarles, se han no politizado –de hecho, que fueran plenamente políticos, en el mejor sentido, sería ideal– sino que se han vuelto "espectaculares" –y aquí lo digo en el peor sentido, ése que, de benjamin a debord, relaciona al espectáculo con el fascismo y el dominio de las masas y con algo que tal vez suene menos duro que esos términos pero que en el fondo es peor: su embrutecimiento.
sobre el espacio público como escenario algo intenté escribir aquí: http://otrootroblog.blogspot.com/2010/10/escenarios-de-lo-imprevisible-espacio.html
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