No sé si Michel Foucault haya visto esta escultura pero creo que es el complemento perfecto del panóptico que ubicó como emblema de la arquitectura penitenciaria. Si la cárcel de Bentham permite a los vigías observar a los presos constantemente, la escultura de Bertelli encarna esa idea, no en espacio sino en cuerpo: en el rostro de un dictador, un hombre máquina que todo lo sabe, que todo lo puede, que todo lo ve. El Gran Hermano no tiene espalda y no necesita cuerpo: es todo ojos. Nadie puede escondérsele.
1.12.10
perfil continuo
jesús silva herzog márquez escribe sobre la exposición caos y clasicismo en el guggenheim de nueva york. en especial, sobre esta pieza, un perfil –continuo, como dice el título– de mussolini realizado por renato bertelli dice:
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