leo en animal político que, tras haberlo solicitado desde hace 30 (sí: treinta) años, una escuela en iztapalapa recibió hoy sillas y pupitres nuevos que les entregó el gobierno de marcelo eberard. no creo que eso se le haya ocurrido a eberard tras oir la reciente conferencia de sergio fajardo, ex-alcalde de medellín, colombia, el pasado lunes en el congreso de arquitectura organizado por arquine. y no lo creo porque, tras inaugurar –tarde– el congreso, eberard se sentó unos minutos a oir a fajardo pero, 10 o 15 minutos después de que inició la conferencia, salió, compelido seguramente por obligaciones de su cargo, y no pudo oir lo más importante de la plática de fajardo.
fajardo, doctor en matemáticas y alcalde de medellín entre el 2004 y el 2007, dijo que entró a la política para, sabiéndose un privilegiado, hacer del privilegio un derecho. parte de esa transformación de los privilegios en derechos tiene una componente espacial y arquitectónica –lo que explicó fajardo en su presentación. hay que entender –dijo– que el espacio público es una respuesta a la violencia, la desigualdad y la corrupción. no cualquier espacio público, no cualquier escuelucha, no cualquier mobiliario: "lo más bello para los más humildes," aclaró. lástima, repito, que eberard tuvo que salir. espero alguien le haya contado y lo convenzan de que no se trata de dar sillitas sino de hacer buena, muy buena arquitectura pública para aquellos que no tienen nada más a su alcance.
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