22.12.11

la arquitectura de todos los días



ayer empecé a leer why architecture matters, de paul goldberger, crítico de arquitectura de the new yorker. el libro no es una novedad editorial –es del 2009– y hasta ahora sólo he leído la introducción, así que no se trata esto de un comentario sobre el mismo. pero me llamó la atención una frase con la que goldberger afirma la importancia de la arquitectura : porque nos rodea y lo que nos rodea debe tener algún efecto sobre nosotros.
la arquitectura, asume goldberger, está en todas partes. no podemos escapar a su presencia. no es como un libro, una composición musical o una pintura que, si no lo leemos, la escuchamos o la vemos, no ejerce ninguna influencia sobre nosotros. la arquitectura, en cambio, siempre está frente –y atrás, encima y por debajo– de nosotros.
acaso sea cierto que de la música y de la pintura se puede escapar. ¿pero de la literatura? claro, hay quienes no leen –u olvidan lo que leyeron–, pero entonces pensamos que literatura sólo es una forma específica de usar el lenguaje. no son literatura los periódicos ni las páginas de la red, no es literatura la revista de espectáculos y tampoco el cómic. mucho menos es literatura el recibo del teléfono o los letreros que anuncian ofertas en el supermercado. sólo cierto uso del lenguaje –escrito u oral– es literatura: una novela, un poema, un ensayo o una obra de teatro.
si eso es cierto, ¿todo es arquitectura? la casa construida en masa por el especulador inmobiliario, la auto-construida en una zona marginada o rural, la bodega industrial, el tejado y el cobertizo, ¿son arquitectura?
si la respuesta fuera no, entonces es falso que vivamos rodeados por arquitectura. hay zonas de la ciudad y del país en las que la arquitectura –en el sentido de la construcción llevada a su mayor claridad lógica y funcional al mismo tiempo que estética– simplemente no existe. los habitantes de esas zonas no viven rodeados de arquitectura.
si al contrario, pensamos como goldberger –y muchos otros– que la arquitectura es omnipresente, que siempre nos rodea, habría que pensar o bien que es algo muy distinto a las otras formas “artísticas” o que aquéllas también abarcan más de lo que pensamos definen. así, la literatura, para seguir con el ejemplo anterior, se terminaría confundiendo con el lenguaje –lo cual tal vez algún escritor defienda.
en el fondo, el problema está en clarificar la vieja distinción entre construcción y arquitectura –con sus múltiples implicaciones: ¿es la arquitectura un extra a la simple construcción? ¿puede ese extra separarse de la construcción en sí? ¿puede por tanto pensarse la arquitectura más allá o más acá, con independencia de lo construido?– a la que se suma el problema de “lo artístico”. en relación a eso último, la respuesta quizá la haya dado hace años xavier rubert de ventós cuando escribió que el problema ya no es qué es el arte, sino cuándo algo es arte.

3 comentarios:

IAN PABLO AMORES MUGUIRA dijo...

Puede existir un debate filosófico entre cada definición, creo que vivimos en un mundo donde nuestra realidad la hemos creado a partir de la arquitectura.
Puede que para muchos la arquitectura no genere ninguna influencia, puede que la misma arquitectura este diseñada para ese propósito.

Anónimo dijo...

Se parece a la introducción que hace Bruno Zevi en Saber ver la arquitectura... "El público se interesa por la pintura y la música, por la escultura y la literatura, pero no por la arquitectura. Un intelectual que se avergonzaría de no conocer un cuadro de Matisse o una poesía de Éluard, confiesa sin recato no saber quién es un Buontalenti o un Neutra; - Los diarios dedican columnas enteras a un nuevo libro de Koestler o a una exposición de Burri, pero ignoran la edificación de una nueva obra arquitectónica, aunque sea ejecutada por un autor renombrado. Si bien todo diario que se respeta tiene una crónica sistemática sobre música, teatro, cinematografía y, por lo menos una columna semanal de arte, la arquitectura queda como la "gran olvidada" ; -así como no existe una adecuada propaganda para difundir la buena arquitectura, tampoco existen instrumentos eficaces para impedir que se realicen fealdades en el campo de la construcción. Funciona la censura para los films y para la literatura, pero no para evitar los escándalos urbanísticos y arquitectónicos, cuyas consecuencias son bastante más graves y prolongadas que las de una publicación pornográfica; - sin embargo (aquí comienzan las apologías) todo el mundo es dueño de apagar la radio, desertar de los conciertos, aborrecer el cine y el teatro y de no leer un libro, pero nadie puede cerrar los ojos frente a todas las edificaciones que integran la escena de la vida ciudadana y llevan el sello del hombre a los campos y al paisaje" ... Saludos!

Lau dijo...

Aquí es donde entra el Feng Shui clásico, no el patito. Cuando veamos como el entorno nos afecta y a que grado seremos mas cuidadosos. En hong kong no se construye un edificio sin la Asesoría de un consultor de Feng Shui. La estela de luz es shar chi ... Energía nociva. Un craso error, no solo monetario y político sino mal Feng Shui. Los invito a ver mas de esto en mi blog fengshuiesvientoyagua.blogspot.com saludos! Feliz año del dragón!