Charles de Noailles nació en 1891 y fue el menor de los hijos de François-Eugène Joseph Marie Napoleón de Noailles, Príncipe de Poix y nieto de la duquesa Anne Murat, sobrina del Emperador Napoleón. En 1923 se casó con Marie-Laure Henriette Anne Bischoffsheim, heredera de una gran fortuna, hija de Maurice Bischoffsheim y de Laure Marie Charlotte de Sade, condesa de Chevigné, bisnieta del Marqués de Sade e inspiración de Marcel Proust para el personaje de la duquesa de Guermantes. Tal linaje no es poca cosa.
Pero los Noailles no pasaron a la historia por sus ancestros sino por haber sido coleccionistas y mecenas de varios artistas contemporáneos suyos y hoy famosos. Su colección de pintura incluye obras de Braque, Klee, Matisse, Picasso, Balthus, Mondrian, Ernst, Miró o su gran amigo: Jean Cocteau, cuya primer película, La sangre de un poeta, financiaron. También produjeron películas de Man Ray y la segunda de Luis Buñuel, El asno de oro. Otros de sus amigos y protegidos eran Salvador Dalí, Yves Saint Laurent, Edward James —el que imaginó Xilitla—, los hermanos Giacometti, Jacques Lacan, Cole Porter o Gilbert Bécaud. ¡Qué más dan Napoleón y Sade en esa historia!
A todos estos notables, los Noailles los recibían en su palacete del número 11 de la Plaza de los Estados Unidos, en el distrito XVI de París —hoy convertido en la Maison Baccarat, donde Philippe Sarck recreó la habitación de la escena final de Odisea 2001—, o en la casa que se construyeron recién casados en Hyères, frente al Mediterráneo. Esa casa la diseñó en 1923 Robert Mallet Stevens y la empezaron a habitar en enero de 1925.
Mallet Stevens nació en París el 24 de marzo de 1886 y estudió en la Escuela Especial de Arquitectura, la única escuela privada de arquitectura en Francia, fundada en 1865 y que en su origen fue apoyada por Viollet-Leduc cuando encontró oposición para reformar la Escuela Imperial de Bellas Artes. Diseñó muebles y decorados para películas antes de proyectar, en 1921, la villa del diseñador de ropa Paul Poiret. En 1927 inauguró, en un terreno propiedad de Marie Bischoffsheim en el distrito 16 de París, la calle que lleva su nombre y en la que diseñó todas las casas. También diseñó una villa cercana a la Cook, de Le Corbusier.
La villa Noailles es una de esas casas, como la de Curzio Malaparte, la de Eileen Gray, la de vidrio diseñada por Pierre Chareau o la de Wittgenstein para su hermana, que forman parte de una historia paralela de la arquitectura moderna. “Como una acrópolis sobre una colina con espectaculares vistas al mar, es una de las primeras casas modernas construidas en Francia, concebida como un trasatlántico,” según dice la información para turistas. Y es cierto. Sus jardines surrealistas —no en balde ahí se pasearon Dalí, Buñuel, Man Ray y Cocteau— prefiguran a la famosa terraza del apartamento de Charles de Beistegui que diseñó Le Corbusier a finales de los años 20 sobre los Campos Elíseos. Son obra de Gabriel Guevrekian, arquitecto y paisajista persa nacido en Estambul a principios del siglo XX y que además de trabajar con Mallet Stevens lo hizo con el mismo Le Corbusier y con André Lurçat y Heri Sauvage, entre otros. Algunos detalles de la casa, como una ventana que se abre completamente en la terraza, los diseñó en colaboración con Jean Prouvé y los muebles los diseñaron Pierre Chareau, Eileen Gray y el propio Mallet Stevens.
Los Noailles dejaron de usar su casa de Hyêres poco a poco a partir de la posguerra. Ya se encontraba en mal estado incluso cuando Marie murió en 1970, y quedó definitivamente abandonada hasta que en 1973 la compró el gobierno de la ciudad y la transformó en parque público y centro cultural. Su restauración se inició en los años 90 y desde el 2007 ofrece residencias para artistas. Mallet Stevens murió el 8 de febrero de 1945.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario