15.5.16

max taut

Entre 1919 y 1933, en la República de Weimar cobijó a Brecht y a Weil, a Krakauer y a Benjamin, a Dietrich y a von Sternberg, a Adorno y a Horkheimer, a May y a Gropius, la Escuela de Frankfurt y la Bauhaus, entre mucho más. Pero también fue, acaso de manera inconsciente, como ha escrito Peter Sloterdijk, “un prefascismo temporal,” una época para la que el nazismo no fue una ruptura sino su culminación. El título de la historia sicológica del cine alemán de Siegfried Krakauer expresa la complejidad de aquella época: De Caligari a Hitler.

Las artes en general y la arquitectura en particular jugaron un papel importante en aquella gran puesta en escena. Bruno Taut escribió en 1919 que “un edificio es el portador directo de valores espirituales y da forma a las sensibilidades de las masas.” Los miles de viviendas construidas por el mismo Taut o por May así como la muestra de nueva arquitectura de la Wiessenhofsiedlung, son parte de aquella ideología que suponía un gran poder de transformación social a la arquitectura, simplemente porque la sociedad, como los edificios, se construye y se conforma.

Junto a la construcción de la ciudad y de la sociedad, también se le concedió gran importancia a la construcción del cuerpo. En The Weimar Republic Sourcebook, se lee que “como respuesta a la industrialización y la urbanización, surgieron reformistas radicales que abogaban por una nueva relación del cuerpo con la naturaleza. Reforma del vestido, mejor higiene personal, reformas en la dieta, baños de sol y la gimnasia, prometían liberar al cuerpo de las restricciones de la industrialización moderna y la vida en las ciudades. La cultura del cuerpo, Köperkultur, se convirtió en un medio de auto-realización y en una compensación de las poco saludables condiciones de vida.” Michel Hau escribe que “los deportes y la gimnasia se veían como medios para la reconstrucción biológica de la nación alemana —tras la derrota en la Primera Guerra—, lo que resultó evidente en el papel dado al ejercicio físico durante la gran exhibición Ge-So-Lei en Düsseldorf.” El nombre completo de la exhibición era Gesundheitspflege, Soziale Fürsorge und Leibesübungen: cuidado de la salud, bienestar social y ejercicio físico, se inauguró el 8 de mayo de 1926 y durante los seis meses que permaneció abierta recibió más de 7 millones y medio de visitantes. El arquitecto en jefe de la exposición fue Wilhelm Kreis, y también participaron otros como Peter Behrens y Max Taut, hermano menor de Bruno.

Max Taut nació en Königsberg el 15 de mayo de 1884. José Manuel García Roig dice que su figura, a la sombra de la de su hermano, merece una recuperación por su importancia para la arquitectura de aquel momento. Como Bruno, fue también parte de la Cadena de cristal. Sus proyectos incluyen vivienda —junto con su hermano y con Franz Hoffman y Mies lo invitó a la exhibición de vivienda de Stuttgart en 1927, donde presentó dos prototipos de vivienda unifamiliar— y varios edificios para distintos sindicatos. Entre ellos, Max Taut diseño el pabellón de la ADGB (Allgemeine Deutsch Gewerkschaftsbund: la Asociación General de los Sindicatos Alemanes) en la exposición Ge-So-Lei. García Roig escribe que “era una construcción muy interesante, compuesta por varios volúmenes encajados unos en otros y sustentados por una malla estructural de barras de madera de secciones livianas, como si se tratase de una estructura metálica.”


Además de su trabajo de diseño, Taut se dedicó a la enseñanza. Tras la Segunda Guerra, estuvo a cargo de organizar el departamento de arquitectura de la Escuela Superior de Artes Plásticas. Ahí, dice García Roig, “desarrolló un nuevo método de enseñanza: una formación en el sentido de los antiguos Bauhütte (gremios de los artesanos de la construcción).” Tau se subió como profesor emérito en 1954, a los 70 años, pero continuó trabajando como arquitecto casi hasta su muerte, el 26 de febrero de 1967.

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