13.1.10

curas crueles y arrogantes

ese es el título del texto que hoy publica román revueltas retes en milenio. vale citarlo in extenso:

Vaya manía, vaya obsesión y vaya tirria la de la Iglesia con los homosexuales. ¿Por qué no los dejan ya en paz —y a todos los que, en nuestra condición de ciudadanos enterados de la existencia de personas que no necesariamente tienen que ser como nosotros somos, exigimos que tengan los mismos derechos y las mismas obligaciones— y se ponen, los curas y los obispos y los arzobispos y los cardenales y el mismísimo Papa, a predicar la palabra de Jesucristo, o sea, a promover el entendimiento y la compasión en vez de estar lanzando amenazas?

Y lo peor es que esa gente, la de la Iglesia, no habla a título personal sino que agarra el espantajo del Altísimo —con quien tienen línea directa, desde luego— y nos lo agita en las narices para acojonarnos de manera irreparable. Porque, digo, una cosa es que el politicastro de turno —el Manlio o el Noroña o el caudillo de Macuspana— se ponga a lanzar admoniciones terrenales y otra muy diferente es que un dignatario de sotana brame, desde el púlpito, que Dios no está de acuerdo con el asunto de que una pareja del mismo sexo que se ama y se respeta pueda beneficiarse de las muy profanas garantías que le ofrece una Constitución o un Código Civil.

Estos curas no son emisarios de la Iglesia de la bondad. Son simples hombres crueles que, encima, exhiben la colosal arrogancia de decirnos que están hablando en nombre de Dios.

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