4.5.10

el arco del bicentenario


como si lo rídiculo del planteamiento inicial del arco del bicentenario, lo controvertido que resultó la elección del proyecto ganador –que los puristas semánticos rechazaban por claramente no ser un arco– y la terrible obligación de tener que terminar, como aquí se acostumbra, una obra a las carreras, para que el señor presidente pueda a tiempo inaugurar y todos cacarearle contentos nuestro bananero orgullo bicicle, digo, bicentenario, resulta ahora que, según reforma, el arco o, bueno, la placa, no cabe o, más bien, según argumentó, con ingenuidad que enternece, el autor del proyecto, le hace falta espacio para que "luzca". que muevan la reja 15 metros para atrás, porfas. los defensores del bosque se enfadan y dicen que no, que eso es imposible, que 15 metros es mucho pulmón perdido en esta ciudad en precontingencia eterna –aunque realmente se trata de 15 metros de banqueta–, que la reja así, verde y con sus leones, está muy bonita y es rete elegante. ¿a quién irle? por qué no se arriesga el arquitecto a proponer que la quiten toda y para siempre, que con su plaza -que muchos juzgamos más importante y necesaria que la estela luminosa- logrará controlar el acceso y permitir que el bosque se cierre -por cierto, ¿central park a qué horas cierra sus rejas? pero no, eso es mucho pedir, o mucho soñar. aquí hacemos las cosas en chiquito: movemos la reja 15 metros para atras, con sus leoncitos y todo, para que el monumento luzca y los señores de chapultepec puedan cerrar la puerta -a las cinco de la tarde, a las cinco- para que nadie se meta a hacer cochinadas ahí adentro. pues sí, viva méxico.

1 comentario:

Patrick dijo...

Creo que esto te puede divertir un rato. Me recuerda algunos de tus posts.
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Maciel/quien/manda/ser/mexicano/elpepuint/20100506elpepuint_11/Tes