será el asco ante tanta retórica patriotera del ridículo orgullo bicentenario o será simplemente porque sí, porque así es y no hay de otra, pero en los últimos días no he podido dejar de pensar en algunos de esos cuentos que, obvias mentiras o, de menos, verdades a medias, nos los hemos tragado de tanto que nos los repiten, asumidos como reales tras una dura tunda de propaganda nacionalista asestada a diestra y siniestra por gobiernos, televisoras, consejos empresariales que, si se creen todo lo que nos dicen, deben ser ciegos, sordos y tontos o si no –lo más probable– cínicos que los usan como una forma perversa de control y de dominio, una forma laica ese cielo prometido que debe movernos a querer a un dios de otra manera detestable. el presente puede estar jodido pero vivimos en un país de históricas grandezas y gloriosos futuros. viva méxico que como méxico no hay dos. mentira. el país es un desastre y no sólo eso: es un fracaso casi irrecuperable.
pero no quería empezar tan acre, con tanta amargura. no quería realmente hablar de la violencia y la injusticia, de la corrupción y la deshonestidad, de la mala educación y el nulo desarrollo científico y tecnológico. ni siquiera quería titular esto mitos mexicanos sino, más bien, mitos chilangos. y hasta ese título es excesivo. pues realmente sólo era uno, por ahora, el que me choca y me molesta, aquél, que alguna vez habrán oído, de que esta ciudad es una ciudad bella. ¿a quién se le ocurre? seguramente a alguien que sólo la ve en libros o desde la ventana de un coche con chofer. o alguno muy longevo que recuerde la ciudad de los palacios o la ciudad afrancesada de don porfirio o, si acaso, la ciudad de la región más transparente en los años del milagro mexicano que, como cualquier milagro, fue un fiasco, un engaño, un truco. o quizás para aquellos que defienden estéticas diversas, de lo monstruoso y lo grotesco, visiones románticas de la pobreza y el desastre.
pero no, la ciudad de méxico no sólo no es bella, al contrario: fea, muy fea. claro, hay rumbos, lugares, placitas, esquinas que no lo son, que hasta pueden resultar simpáticas y unas cuantas encantadoras. ahí están coyoacán, san angel o chimalistac, el pedregal, la nápoles o la condesa y otros más. pero decir que eso hace bella a la ciudad de méxico es como pensar que la gordillo no sea horrenda por la perfecta forma de las uñas de sus meñiques. ¿exagero? que quizás fue una bella joven y que ahora, maltratada por los años, quedan aquí y allá restos, rastros de esa belleza perdida pero recuperable. no lo se. tal vez. pero es tanto lo sucio, lo roto, lo desencajado, lo mal hecho, lo hecho a medias, lo deshecho, lo podrido, lo que no funciona, lo que funciona mal y lo que estorba, que se necesita mucha fe o mucha tontería –que a últimas pienso que son lo mismo– para ver ahí abajo algo de belleza perdida y recuperable.
2 comentarios:
que ciudad es bella?
es esta ciudad mas interesante que la ciudad de mexico?
preguntas sinceras.
podría intentar una lista. sin ningún orden particular y mencionando sólo aquellas que conozco: parís, nueva york, nantes, venecia, rotterdam, amsterdam. ¿que soy esquemático, que todas tienen sus partes bellas y otras no tanto? no vi la película pero en los cortos se me quedó en la cabeza una respuesta de george clooney en up in the air: i'm like my mother, i stereotype, its easier.
¿que soy malinchista? si, pero bueno, ¿incluyo el centro de querétaro, el de oaxaca, el de guanajuato, el de zacatecas, el de morelia? pero no, ya no el de la ciudad de méxico.
entiendo que hablar de belleza de una ciudad -o de lo que sea- a estas alturas resulta, cuando menos, ridículo. pero es mi pequeña -espero- dosis de senilidad.
¿interesante? supongo que john merrick lo era. no sólo como objeto de estudio médico o anatómico. sino por su carácter y, digamos, su biografía. eso no le quita lo feo -aunque hoy lo políticamente correcto no sea hablar de tales superficialidades. rosy de palma también es interesante y también es fea, aunque menos, mucho menos que el hombre elefante. scarlett johansson creo que también es interesante, hasta cantando covers de tom waits, y algunos piensan que además es bella.
¿que las ciudades no se juzgan igual? ¿por qué no? ok, estoy de acuerdo. no. pero si -poniéndonos spinozistas (¿o spinozianos?)- no existe el bien, sino lo bueno -lo que incrementa mi potencia, dice deleuze- ni el mal, sino lo malo -lo que la disminue-, seguramente tampoco LA belleza, sino lo bello –¿lo que aumenta mi placer?- y lo feo -lo que lo disminuye.
mi balance es que en la ciudad de méxico lo bello es menos, mucho menos que lo feo -sin necesidad incluso de compararla con otras ciudades. por supuesto que hay "guilty pleasures": encontrar interesante o hasta bello un mercado sucio, mal ordenado, que huele mal o una calle desnivelada, con baches y sin ninguna señalización: beauty is in the eye of the beholder. pero -será la vejez– pienso que el relativismo de esos códigos culturales -¿eso son no? no pensamos que sean "realidades objetivas", pero tampoco "impresiones subjetivas"– tiene "sus límites". decir que la ciudad de méxico "es" bella, como parís "es" bella, es como asumir que, gracias a usos y costumbres y otros relativismos, evo morales, por ejemplo, no es un imbecil cuando da sus teorías de los pollos "transgénicos".
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