Cuando el 2 de abril de 1791 murió en París Honoré Gabriel Riqueti, conde de Mirabeau, la recién terminada iglesia de Santa Genoveva, en el centro del Barrio Latino, aun estaba sin consagrar. Había sido encargada por el marqués de Marigny, hermano de la marquesa de Pompadour, a su protegido, Jacques Germain Soufflot.
Hijo de un abogado, Soufflot escapó literalmente a su destino: estudiar la misma carrera que su padre y heredar su cargo, para de manera autodidacta estudiar la antigüedad romana y las obras de Paladio en Italia, donde vivió entre 1733 y 1738. En 1749 la marquesa de Pompadour le encargó acompañar a su hermano en el Grand Tour: el viaje iniciático que los jóvenes aristócratas emprendían para aprender de la antigüedad grecorromana in situ. La relación sería provechosa para Soufflot, pues Marigny terminaría siendo el Superintendente de Construcciones del Rey y lo nombraría jefe de construcciones, miembro de la Academia Real de Arquitectura, caballero de la orden de Saint Michel y director de la manufactura de Gobelinos.
Al tiempo que estudiaba y admiraba la arquitectura clásica, Soufflot apreciaba la claridad y eficiencia de las estructuras góticas. Cuando inició el proyecto para Santa Genoveva, en 1756, Soufflot mezcló la lógica estructural gótica con la organización y la composición clásicas. “El principal objetivo de Monsieur Soufflot —escribió el también arquitecto Maximilien Brébion en 1781— fue reunir, bajo una de las más bellas formas, la ligereza de la construcción gótica con la magnificencia de la arquitectura griega.”
La iglesia tiene planta de cruz griega. La fachada reproduce el frontón del Panteón de Agripa y la cúpula recuerda al Tempietto de San Pedro en el Monte, de Bramante. La sección es interesante por las tres cúpulas superpuestas, en vez de dos, que es más común. La cúpula visible desde el exterior, es de piedra recubierta de tiras de plomo; la interior, semiesférica, tiene casetones y un óculo que recuerdan, de nuevo, al Panteón en Roma. Entre ambas se encuentra una cúpula cuya sección en catenaria invertida sostiene las cinco toneladas de la linternilla. A Soufflot lo auxiliaron el ingeniero de puentes y caminos Emiland Gauthey, quien calculó la estructura y en especial la cúpula —se dice que Santa Genoveva fue el primer edificio en ser calculado con fórmulas matemáticas—, y Jean-Baptiste Rondelet, arquitecto, quien terminó la obra a la muerte de Soufflot, en 1780.
Dos días después de la muerte de Mirabeau, el 4 de abril de 1791, la Asamblea decide transformar la recién terminada Santa Genoveva, aun sin consagrar, en Panteón de los Grandes Hombres. La transformación necesaria de la obra de Soufflot se le encargó a Quatremère de Quincy, arquitecto más conocido por sus escritos —en especial por su Diccionario de Arquitectura— que por sus obras. Al exterior, eliminó los elementos claramente religiosos mientras que, al interior, cerró la mayoría de las ventanas: 38 de 42, haciendo que el espacio se iluminara principalmente desde el óculo de la cúpula interior pero aumentando la humedad, lo que ha generado problemas de conservación hasta nuestros días.
Los restos de Soufflot se trasladaron al Panteón en 1829. Ahí también se encuentran los de Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Zola, Pierre y Marie Curie o André Malraux, entre otros. El domingo 21 de septiembre de 1794, mientras el cuerpo de Marat entraba por la puerta principal, lo que quedaba del de Mirabeau era expulsado por la lateral para ser enterrado de manera anónima en el cementerio de Clamart; sus restos nunca fueron recuperados.
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