16.5.11

en el cielo hay estrellas y más alla más estrellas...

stephen hawking en una entrevista en the guardian deja claro que, para el más grande físico teórico de la segunda mitad del siglo xx –para repetir la fórmula–, no hay necesidad de dioses, almas, ni otras potencias ajenas y externas a los múltiples posibles universos que se dan así, por sí mismos y porque sí. algunos, recordando la última línea de su historia del tiempo –"si encontrásemos una respuesta a esto (por qué existe el universo y por qué existimos nosotros), sería el triunfo definitivo de la razón humana, porque entonces conoceríamos el pensamiento de dios."– quieren ver aquí una contradicción, un cambio de opinión. no. si leen bien, hawking asume que dios no es otra cosa que las reglas –que deben ser simplícimas en la mente de un físico teórico– que producen y generan series infinitas de universos posibles, entre ellos el nuestro. ni más ni menos. ni siquiera es dios espinozianamente un sinónimo del universo sino las reglas que permiten sus –siempre en plural– génesis. además hawking afirmaba el potencial triunfo definitivo de la razón.

hoy hawking sólo confirma que para un físico teórico –y, de hecho, para cualquier científico– dios –el inexplicable– no explica nada y, por lo mismo, es superfluo, innecesario –dios decapitado por el finísimo filo de la navaja de occam. los curas de diversos credos saldrán a decir que la ciencia no puede decir nada al respecto de los dioses. hawking no afirma lo contrario: la ciencia no tiene nada que decir sobre "cuentos de hadas", sólo puede –y debe– descalificarlos como explicaciones racionales y científicas. no hacen, pues, sentido. y –wittgenstein dixit– de lo que no se puede hablar (con sentido y no hay otra forma) mejor es callarse.

¿fin de las religiones? no si las pensamos, con cacciari, como religio civilis: aquello que instaura y mantiene una comunidad humana en cuanto tal; o con trías, como lo que determina el límite de lo pensable y lo que está más allá. ojalá si inminente fin de las religiones entendidas como estructuras jérarquicas de control de ideologías. en fin, como ya se ha dicho, que no nos entristezca la desaparición del más alla: el aquí es mucho más rico, complejo y sorprendente que cualquiera de esas fabulaciones.

1 comentario:

Juan dijo...

De "Ornamento y Delito" (en su traducción al inglés):

“I preach to the aristocrat. I mean the person who stands at the pinnacle of mankind and yet has the deepest understanding for the distress and want of those below […] The revolutionary would go to them and say: ‘It’s all senseless.’ Just as he would pull down the little old woman from the wayside crucifix, and tell her: ‘there is no God.’ But the atheist among the aristocrats, on the other hand, raises his hat when he passes a church.”

Adolf Loos, 1910

A veces los arquitectos la hacemos mucho de "revolucionarios."